lunes, 14 de abril de 2014

COMUNICADO DE ARMHEX PARA LAS JORNADAS ORGANIZADAS POR LA PLATAFORMA BADAJOZ-1936-BURGOS

SIN MEMORIA, NO HAY FUTURO. POR LA VERDAD, LA JUSTICIA Y LA REPERACIÓN.

(Badajoz, 11 de abril de 2014):
Como dijo Juan Gelman, poeta y premio Cervantes de las letras: “Dicen que no hay que remover el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay que mirar hacia adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la VERDAD. Y LUEGO, LA JUSTICIA”.
Han pasado casi 78 años de aquel ayer, en el que unos militares felones se alzaron en armas contra el gobierno legítimamente constituido de la II República, provocaron una guerra, dando paso a una cruenta represión y a una larga dictadura. Desgraciadamente para algunos, el tiempo de hoy, no puede admitir una carga de memoria colectiva de tal magnitud, como la que representan unas jornadas como las que hoy se celebran en la ciudad de Burgos, y que esperamos tengan continuidad en años venideros.
La masacre que se desarrolló en la ciudad de Badajoz, a partir del 14 de agosto de 1936, cuando cayó en manos de las tropas golpistas comandadas por el entonces teniente coronel Juan Yague de infausto recuerdo, tuvo en sus calles, en la plaza de toros y en las blanquísimas tapias del viejo cementerio, un lugar de inmolación. Los fusilamientos en masa, en esos y otros lugares de la ciudad fueron una de las primeras evidencias ante el mundo, de la política de exterminio programado por los militares golpistas, en 1936.
Es posible que Badajoz sea la ciudad española en que, en relación con su población, un mayor número de personas fueran asesinadas a consecuencia del golpe militar y de la masacre realizada tras su ocupación en agosto de 1936.
Sus lugares de la memoria, como la hoy desparecida vieja plaza de toros y el viejo cementerio de San Juan, pertenecen a la historia silenciada y oculta de Badajoz. Aquí fueron asesinadas muchas personas que pasaron luego a fosas comunes abiertas en su interior, hechos de los que existe documentación gráfica, que dio la vuelta al mundo.
Los fascistas, habrían logrado ahora, más de setenta y cinco años después, una nueva victoria, si junto a los cadáveres y los desaparecidos, desapareciese también la memoria de lo ocurrido y todos los engarces del recuerdo con nuestra realidad.
Por ello y por respeto a todas las víctimas del franquismo, hemos conseguido gracias al esfuerzo de todos, que la pretendida muestra de exaltación al golpista Yagüe, se llevara a cabo en Burgos, en un recinto de titularidad municipal. Teníamos razón, esa exposición hubiese implicado una clara ofensa para la memoria de las víctimas del franquismo y sus familiares, al margen de suponer una clara exaltación de la sublevación militar, inaceptable de asumir en pleno siglo XXI, y contraria a la Ley. Hemos demostrado, en suma, que la MOVILIZACIÓN de la ciudadanía y de la sociedad civil sirve para algo. Pero no hemos de bajar la guardia: los negacionistas, revisionistas y fascistas, desgraciadamente continúan al acecho.
Por eso hemos de defender que la nuestra no debe ser una democracia sin memoria. Una democracia, sin memoria, no merece tal nombre. La memoria de las víctimas, de cada una de ellas, de sus familias, y de tantos represaliados, que padecieron el injusto y aborrecible golpe de la represión franquista, durante tanto años, nos debe acompañar siempre. Es por ello que un acto público de reconocimiento y desagravio como este, es más necesario que nunca, ante el intento afortunadamente paralizado, de exaltar en la ciudad de Burgos, a unos de los principales responsables de aquella masacre.
Al mismo tiempo, nos gustaría que sirvan estas jornadas como homenaje y reconocimiento social a quienes sufrieron ese castigo por enfrentarse al fascismo, defendiendo la II República y unos modelos sociales más libres y justos. De poco valdrían actos como éste, si sacamos de contexto a aquellos desparecidos de aquel tiempo. Si hacemos esto, quedaría intacta la versión que de la II República y de la guerra, nos ha transmitido el franquismo. La reparación de la dignidad ofendida y la restitución de la memoria democrática, nunca serán completa mientras no se restituya la memoria de la II República y quienes le dieron vida.
A veces, no resulta fácil recordarlo, pero España fue una “Una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de libertad y justicia”, como proclamaba el artículo primero de su Constitución, aprobada el 9 de diciembre de 1931.
Esa Constitución, afrontó algunos de los sustanciales problemas de nuestro país. Nunca en la historia de España se había asistido a un período tan intenso y acelerado de cambios, de avances democráticos y conquistas sociales. Entre ellos, se tomaron medidas profundas sobre la distribución de la propiedad de la tierra (problema que nos tocaba muy de cerca), se mejoraron los salarios de las clases trabajadoras, la protección laboral y la educación pública.
Pero como sabemos, la República encontró enormes dificultades para consolidarse y tuvo que enfrentarse a fuertes desafíos desde sus inicios. El golpe, el que la derribó por la fuerza y la traición, nació, desde arriba, desde el mismo seno del ejército y desde los poderosos grupos oligárquicos que nunca toleraron lo mucho que la República tenía de democracia social y de soberanía popular.
España comenzó los años treinta con una República y una esperanza, pero acabó en 1939, sumida en una dictadura de corte totalitaria y fascista. Después la larga dictadura de Franco, que mató, encarceló, torturó y humilló hasta el final, durante cuatro décadas, a los vencidos, resistentes y disidentes, culpó siempre a la República y a sus principales protagonistas de haber causado la guerra. Nada hizo la transición a la democracia por recuperar la memoria de la II República, la de sus reformas, sus sueños y esperanzas, metiendo en un mismo saco a la República, la guerra y la dictadura, como un pasado trágico que convenía olvidar.
No sin esfuerzo, entre todos, estamos consiguiendo, que salga la luz la memoria de los vencidos, de las víctimas del franquismo. Pero, es de lamentar que aún hoy, casi nadie desde los poderes de la democracia actual, se atreva a defender y reivindicar a la II República. Casi nadie recuerda a sus dirigentes: alcaldes, concejales, ministros, dirigentes políticos, a quienes presidieron sus instituciones, muertos la mayoría de ellos por la brutal represión y otros olvidados en el exilio. Y sin embargo, todavía desgraciadamente, están con nosotros algunos de los nombres de las calles, monumentos, símbolos y ritos del franquismo, como es lamentable ejemplo, la ciudad de Burgos. Es el momento de cambiar eso.
Este proceso de memoria frente a olvido, es imparable. No hemos de parar para que todas las víctimas de la represión, sean objeto de reconocimiento público y ello sólo puede conseguirse con una enérgica defensa de la necesidad de fundamentar la convivencia democrática en la memoria, la verdad, la justicia y la reparación.
SALUD Y REPÚBLICA.

 Badajoz 11 de abril de 2014.

ASOCIACIÓN PARA LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA DE EXTREMADURA
ARMHEX.

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