lunes, 31 de marzo de 2014

Presentación de las jornadas

 
Todas las guerras tienen sus símbolos y imágenes que han quedado imborrables en la memoria de la historia. El bombardeo de Gernika y la matanza de Badajoz, fueron unos de los máximos exponentes que periodistas plasmaron en imágenes y grabaciones que dieron la vuelta al mundo, mostrando la verdadera cara del fascismo.(1)
Los aviones nazis que arrasaron la población civil de Gernika salieron del aeródromo de Villafría y el, por entonces teniente coronel Juan Yagüe Blanco fue el primero en sublevarse el 17 de julio en Melilla con los legionarios y los regulares, dirigió las columnas que mataron, durante los primeros días del golpe de estado, a miles de personas en Andalucía y Extremadura a la vez que se encargó de la represión en Barcelona una vez se tomó. Siendo mas tarde elegido Capitán General de la VI Región Militar con sede en Burgos por la dictadura franquista, así como hijo adoptivo y medalla de oro de Burgos, el más alto reconocimiento del ayuntamiento.
               Esquela publicada por el Ayuntamiento de Burgos tras la muerte de Yagüe.(Museo Militar)

En pleno XXI, la figura de Yagüe sigue presente. Pero esta historia sigue negando la verdad constatada por periodistas e historiadores. Algo impensable en un país mínimamente democrático.
En el Museo del Ejercito, Acuertalamiento Diego Porcelos, incluso reproducen una imagen de su monumento del pueblo San Leonardo(Soria), retirado en 2009 y que fuera decapitada, como la de Burgos en la plaza San Juan Bautista y citan en el cartel explicativo junto a su busto, ..”ejemplo de militar, obediencia y disciplina...”, “..piadoso en la victoria”, “..participó en el primer puente aéreo de la historia militar”, “..inicio con una reducida columna un victorioso avance..”, “sus tropas liberarían Barcelona”.
Yagüe no fue un ejemplo de militar obediente, ya que se sumó al golpe de estado contra el Gobierno de la República, al que debía lealtad.
          Museo Militar de Burgos, Diego Porcelos, cerrado hace pocos días para trasladarlo a Caiptanía.
 
Tampoco fue piadoso en la victoria. Solo en Badajoz, a pregunta del periodista Mario Neves, de los rumores de cerca de 2000 fusilamientos, de los 3000 prisioneros reconocidos por Yagüe, este respondió “-No serán tantos”.(2) Pero incluso cuando el periodista del New York Herald Tribune, John Whitaker, le pregunto por los fusilamientos, no dudo en afirmar la masacre del 10% de la población, “-Por supuesto que los matamos. ¿Qué esperaba usted? ¿Que iba a llevar 4000 prisioneros rojos conmigo, teniendo mi columna que avanzar contrarreloj? ¿O iba a soltarlos en la retaguardia y dejar que Badajoz fuera roja otra vez?”(3)
Incluso el mismo día de la matanza de Badajoz, desde la Comandancia Militar, dejo claro que mataría a quien se le enfrentara democráticamente;
“Queda prohibido terminantemente el derecho a la huelga. Serán juzgados en juicio sumarísimo y pasados por las armas los directivos de los Sindicatos cuyas organizaciones vayan a la huelga, o no se reintegren al trabajo...” (4)
                       Tropas de regulares a punto de partir a la península en un avión nazi,Junker 52,
                                             columna que dirigiría Yagüe en la toma de Badajoz.   

Si participó en el puente aéreo, lo que no citan, es que este primer puente aéreo de la historia estaba compuesto por aviones de Hitler y Mussolini. Y su “reducida columna” estaba compuesta por un experimentado y armado ejército, legionarios y regulares marroquíes, conocidos ya de antes de la Guerra Civil por sus atrocidades en la guerra colonial del Rif. Que desde el museo de Ministerio de Defensa se continúe usando el término de “cruzada de liberación” o “liberación”, es una justificación del fascismo y del golpe de estado.
                               Toma de posesión, Capitan General de la VI Región Militar, 
                                       de Yagüe el 18 de octubre de 1943 en Burgos.

Yagüe, virrey de Burgos, en una década que no dudamos en calificar de ominosa (1943-1952), El tan extendido dicho de que Burgos era una ciudad de curas y militares es cierto sólo a medias, también lo era de familiares de presas y presos republicanos y antifascistas, de cientos de exiliados internos y de innumerables fosas comunes bajo nuestros pies.

El que tantas cosas hizo por Burgos”. Hizo, con fondos donados por los burgaleses, la barriada que todavía lleva su nombre, de casas “ultrabaratas”, cerca de la abarrotada cárcel y bien lejos del centro, no fuera a ser que los obreros quisieran codearse en el Espolón con las distinguidas señoritas de la Sección Femenina o los alféreces de reenganche. Este barrio fue construido bajo el estilo autárquico del fascismo, de aislar la comunicación de los obreros y autosufiencia alimentaria.
Hizo, eso sí, la gran metrópolis militar, el West Point celtibérico, el Plan de Urbanización de Burgos, redactado por Paz Maroto (1943), se refleja un diseño urbanístico donde la presencia militar juega un papel destacado en el trazado urbano con su Academia de Ingenieros, su Ciudad Deportiva militar –estrangulando el acceso de Gamonal a Fuentes Blancas– el nuevo edificio del Gobierno Militar, la Residencia de Oficiales, la 2ª fase de la barriada militar, el cuartel de Tropas de Sanidad, la ampliación del aeródromo y de los viejos cuarteles de Calzadas, etc, etc., todo ello en buena medida a costa de las arcas municipales, que luego no tenían dinero para pavimentar las calles, sanear barrios o atender el hambre y las enfermedades reinantes en las barriadas periféricas.(5)
El ejército español mantenía hasta hace pocos años algo más de dos millones y medio de metros cuadrados de instalaciones. Progresivamente y de acuerdo a nuevos criterios de “modernización” el Ministerio de Defensa, desde 1995, decide ir vendiendo buena parte de esos terrenos al Ayuntamiento de Burgos. El poder del General Yagüe en los años 40 que con su presión obtiene terrenos públicos para instalaciones militares y que décadas después pasan a manos de intereses y negocios privados. Mientras, el problema de la vivienda situó las economías familiares burgalesas que tienen que comprar su casa en el que era, uno de los mercados inmobiliarios más caros del Estado Español junto con Madrid, Barcelona o San Sebastián.

     Fotos de la Deportiva Militar(1964) y de finales de los años 60 en el Río Arlanzón.
 
Recientemente el informe del Grupo de Trabajo de la ONU sobre las desapariciones es demoledor. Pidió al Estado Español que dejara de usar la Ley de Amnistía de 1977 como excusa para no investigar las desapariciones forzadas del franquismo y reclamó una investigación de oficio "exhaustiva e imparcial" que culminara con graves condenas a los responsables de esos delitos, así como la reparación y rehabilitación adecuadas de las víctimas.
La lucha por la recuperación de la memoria histórica de las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo, es más necesario que nunca. Es injustificable que el Estado y las diferentes administraciones públicas, no establezcan los mecanismos necesarios para que se cumplan las recomendaciones de la ONU. No podemos pasar página de los crímenes contra la humanidad cometidos durante la Guerra Civil y la dictadura, sin reconocer a las víctimas. Debemos exigir la verdad, la reparación y la justicia.
Pedimos al Ayuntamiento de Burgos:
Que retire la condición de hijo adoptivo y la medalla de oro(1945) a Juan Yagüe Blanco. Retire su monolito en la Plaza San Juan Bautista y proceda a cambiar de nombre al Barrio. Retirada también de las medallas de oro a Francisco Franco Bahamonde(1937), Fidel Dávila Arrondo(1939) y Luis Carrero Blanco(1974). Así como colabore con las organizaciones que trabajan en la recuperación de la memoria histórica de las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo en Burgos.
Pedimos al Ministerio de Defensa:
Que en el nuevo Museo del Ejercito que próximamente será instalado en el edificio de Capitanía, no se exponga ningún objeto que ensalce al Golpe de Estado del 1936, retirando las distintas imágenes de los golpistas, símbolos y medallas nazis que si figuraban en el museo existente en el Acuertelamiento Diego Porcelos hasta hace unas semanas.
Pedimos también que en dicho Museo se citen a los distintos militares leales a la República y que fueron fusilados en Burgos.


PLATAFORMA BADAJOZ 1936 BURGOS






1- Documental del canal historia, declaraciones de René Brut. (http://www.youtube.com/watch?v=BKzFLsHLmoo)
2- Portada del Diario de Lisboa, 15 de agosto de 1936.
3- John T. Whitaker, We cannot escape history, Macmillan, New York, 1943, pág. 113. 4- Boletín oficial extraordinario de la provincia de Badajoz, 14 de agosto de 1936.
5- Artículo del historiador Luis Castro Berrojo, Burgos Digital 30 de enero de 2014.


domingo, 30 de marzo de 2014

Actividades de las jornadas

 
Exposición del 1 de abril al 24, en el Espacio Tangente de 18:30 h a 21:30 h. Titulada "Marcos con eme de Memoria", del artista, Javi Larrauri.
Se inagurará 1 de abril a las 20 horas con un recital de poemas,Decidme cómo es un árbol.

Charla:La charla el viernes 11 de abril a las 20 horas. Salón de los Sindicatos(San Pablo), sobre el estudio de las consecuencias de las prácticas represivas en Extremadura, así como los archivos y gestión de Yagüe en Burgos.
Luis Castro Berrojo, historiador.
Candela Chaves Palacios, Doctora en Historia por la Universidad de Extremadura. Javier Martín Bastos, Doctor en Hostoria por la Universidad de Extremadura.

Proyección documental “La calle del general”, sábado 12 de abril a las 20 horas. Espacio Tangente. Breve charla con los directores del documental Miguel A. Jiménez y Itziar Egaña.

Acto homenaje y concentración el lunes 14 de abril, en la Plaza de la Libertad, a las 20 horas.


viernes, 28 de marzo de 2014

Se registran las peticiones de la plataforma en el Ayuntamiento y Delegación de Gobierno


 Esta mañana hemos registrado en el Ayuntamiento de Burgos y en la Delegación de Gobierno, este último dirigido al Ministerio de Defensa, las peticiones consensuadas de la Plataforma Badajoz 1936 Burgos. Estas peticiones se presentarán a la prensa y se harán públicas el próximo lunes a las 11 de la mañana.

En distintas calles de Burgos se pueden ver pegados los carteles de las "Jornadas verdad, justicia y reparación para las víctimas del franquismo."

jueves, 27 de marzo de 2014

MARCOS CON EME DE MEMORIA de Javi Larrauri‏

El martes 1 de abril 2013 a las 20 h, inauguramos la exposición 
MARCOS CON EME DE MEMORIA de Javi Larrauri

+ Recital de poesía "Decidme cómo es un árbol" a las 20.30 h. Entrada libre

La exposición estará abierta al público hasta el 24 de abril 2013 en horario de lunes a viernes de 18.30 a 21.30 h en Espacio Tangente (Valentín Jalón nº10, bajo- Burgos)

“Marcos con eme de memoria” es un proyecto artístico dedicado a la figura y obra del poeta y luchador antifranquista Marcos Ana. 


Marcos, militante del Partido Comunista, pasó 23 años en las prisiones franquistas. Su único delito fue luchar por un mundo libre y sin injusticias. 

Este proyecto muestra una visión acerca de la persona y obra de Marcos usando la pintura, el dibujo, la fotografía y el video. Una visión contemporánea, hecha desde el momento que vivimos actualmente, y mostrando a Marcos Ana como un referente contemporáneo y en activo. 

Me interesan sus recuerdos y su pasado, pero también su visión sobre la actualidad. Marcos es parte de nuestras raíces, de nuestra historia. Pero no es sólo eso. Marcos es el presente y, sobre todo, el futuro. Él ha servido de inspiración a músicos, cineastas o poetas contemporáneos. 
Su trabajo incesante en pro de la solidaridad a nivel mundial le han convertido en un referente para varias generaciones. 

Junto a la obra plástica el proyecto cuenta con un documento audiovisual  donde se funden los testimonios del poeta con imágenes del proceso de creación de la propia obra. Pretende narrar a través de los testimonios de Marcos lo que pasaron las miles de personas que como él lucharon contra el fascismo en defensa de la Segunda República Española. Arriesgaron su propia vida luchando por un mundo libre y en democracia, y posteriormente tuvieron que hacer frente a la sangrienta represión franquista durante la dictadura. Aquellos valores por los que lucharon los estamos perdiendo ahora a marchas forzadas. Nuestra maltrecha democracia cada vez se parece más al antiguo régimen dictatorial. Por eso es imprescindible mantener la memoria fresca y la mente lúcida. Y para ello, nada como escuchar a Marcos Ana.

Javi Larrauri. Abril 2012

Esta exposición se enmarca dentro de la actividades programadas en las Jornadas VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN organizadas por la Plataforma Badajoz 1936 Burgos
 
ESPACIO TANGENTE
Valentín Jalón_10_bajo
09005 Burgos
____________________
947 216 127
 

miércoles, 26 de marzo de 2014

Burgos expulsa al general Yagüe setenta años después

El alcalde retira una muestra sobre el general franquista tras un informe de sus servicios jurídicos

El alcalde de Burgos, Javier Lacalle (PP), recula por segunda vez en lo que va de año. Primero tuvo que hacerlo ante los cinco días de protestas de vecinos de Gamonal opuestos a unas obras para construir un aparcamiento. Ahora se ve obligado a revocar la muestra Un hombre y el resurgir de Burgos: Yagüe, una exposición sobre las bondades del general Juan Yagüe, conocido como “el carnicero de Badajoz”.
Un informe de los servicios jurídicos de su propio Ayuntamiento ha determinado que “la contribución” del consistorio “mediante la cesión de un local o espacio público” resulta “contraria” a la Ley de la Memoria Histórica, “por la que se reconocen y amplían los derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la dictadura”.

Al general Yagüe el apelativo de “carnicero de Badajoz” le llegó como consecuencia de la represión en la ciudad extremeña tras su toma a manos de tropas franquistas, dejando una cantidad de víctimas que algunas fuentes sitúan en 4.000. Lejos de negarlo, el legionario, amigo de José Antonio Primo de Rivera, declaró en una entrevista en el periódico New York Herald Tribune: “Claro que los fusilamos. ¿Qué esperaba? ¿Suponía que iba a llevar 4.000 rojos conmigo mientras mi columna avanzaba contrarreloj? ¿Suponía que iba a dejarles sueltos a mi espalda y dejar que volvieran a edificar una Badajoz roja?”.
La hija del general y organizadora de la muestra, María Eugenia, de 74 años, ha asegurado que acudirá a los tribunales para que esta siga adelante. Yagüe asegura que demandará al Ayuntamiento por “una clara discriminación por razón de ideología”. Esta exmilitante del PP —en posesión del carné número 1005 del partido hasta que lo devolvió en 2009— y miembro del gabinete de dos presidentes de la Junta de Castilla y León —Juan José Lucas y Juan Vicente Herrera— considera que la anulación de la muestra supone una “violación flagrante de los principios más elementales del derecho administrativo”. Pero el informe de los servicios jurídicos municipales es claro: la cesión del monasterio de San Juan para la exposición “supone una ayuda para su celebración, sin que la misma tenga que ser en metálico”.

María Eugenia Yagüe había planteado la muestra, promovida por la Fundación Yagüe con el beneplácito del Ayuntamiento de Burgos, como una exaltación de la figura del capitán general. En su presentación en enero anunció la exhibición de documentos “fundamentales” en su trayectoria militar, material cartográfico, objetos personales, uniformes y 300 fotos. Todo aquello que demostrara “la impronta” que había dejado el militar en Burgos. La hija de Yagüe asegura que este “no era un sanguinario” e insiste en que hay cartas que atestiguan su bonhomía y su contribución al desarrollo de la ciudad, donde se estableció en 1943 cuando Franco lo situó al frente de la capitanía general de la VI Región Militar.

Pese a que desde principios de año el Ayuntamiento ya conocía el contenido de la exposición, fue el presidente del Instituto Municipal de Cultura, Fernando Gómez, quien solicitó hace unas semanas un informe de los servicios jurídicos. Previamente más de 11.000 firmas se habían recogido contra la muestra por medio de una página web.

La marcha atrás ha molestado a determinados sectores del PP burgalés. El vicealcalde de la ciudad, Ángel Ibáñez, cree que el archivo del general atesora un gran “interés”. “Tiene un importante tamaño y documentos históricos que afectan a la ciudad”, declaró tras conocer la noticia de que la muestra era revocada.
De materializarse las amenazas legales de la hija de Yagüe, esta no sería la primera vez que recurriese a esa vía para deshacer un conflicto en torno al legado paterno. Ya pleiteó contra sus cinco hermanos para conseguir mantener íntegro su archivo, y desde hace un año ha anunciado varias veces que daba vueltas a la fórmula para acudir a la Justicia —parece ser que finalmente será a través del sindicato ultraderechista Manos Limpias— contra la Junta de Castilla y León por “secuestrar” el archivo, que donó en 2009 al Gobierno regional con la condición de que se ubicara en Burgos o Soria. La Junta, sin embargo, anunció su intención de entregarlo al viejo Archivo de la Guerra Civil, hoy Centro Documental de la Memoria Histórica, con sede en Salamanca. En dos meses, Javier Lacalle no solo revocado dos decisiones que presentó como firmes. También se ha enfrentado a una agria polémica por supuestas obras ilegales en el ático donde reside. La terraza de su vivienda fue cerrada y no solicitó la obligatoria licencia municipal.

Fuente:
Artículo de Justino Sanchón, El País, 15 de marzo de 2014.
Foto desconocida del Ayuntamiento de Burgos, finales de los años 30.

lunes, 24 de marzo de 2014

Nota de prensa de la ARMHEX


Asociación para la Recuperación de la Memoria

Histórica de Extremadura (ARMHEX)
TENÍAMOS RAZÓN: El alcalde de Burgos se ve obligado a dar macha atrás y cancela la exposición-homenaje al general Yagüe, en una Sala de Exposiciones de titularidad municipal.

Se recogieron miles de firmas contra el intento del Ayuntamiento de ceder un espacio municipal a la fundación que homenajea la figura del 'carnicero de Badajoz'.
EFECTIVAMENTE SE DEMUESTRA QUE LA MOVILIZACIÓN SIRVE PARA ALGO. El Ayuntamiento de Burgos se ve obligado a admitir que los contenidos de la exposición vulneran la ley de Memoria Histórica. “Visto el contenido de la exposición, la contribución por parte del Ayuntamiento de Burgos a la realización de la citada exposición mediante la cesión de un local o espacio público sería contraria al artículo 15 de la Ley 52/2007, conocida como Ley de la Memoria" y así lo asegura la Asesoría Jurídica Municipal en un informe recabado previamente por el Ayuntamiento de Burgos, antes las peticiones que legal forma le hicieron diversos colectivos, entre ellos la ARMHEX. El propio informe de los servicios jurídicos del ayuntamiento burgalés, llega a esta conclusión tras repasar los contenidos facilitados por la Fundación organizadora de la muestra. Destaca, por ejemplo, «la referencia a la vida militar del general, y su ‘hoja de servicios’, donde sin duda se incluye incluso su participación en la sublevación militar y los ascensos obtenidos durante la misma». Tampoco cumplirían la ley las alusiones a las actuaciones promovidas por Yagüe ni la valoración de éstas, «reflejada ya en el título de la exposición ‘resurgir de Burgos’, ligada a una época concreta y a unos cargos militares concretos que pueden contribuir a que sea apreciado como una exaltación de la dictadura y sus logros».
Recordemos que la ARMHEX ya informó y declaró que una cesión de un espacio público para una exposición de ese tenor vulneraba la Ley, tan pronto se conocieron las intenciones de su celebración el pasado 23 de enero, difundiendo una nota de protesta el 23.01.2014, e instó directamente al Alcalde Burgos, Javier Lacalle, para que, por respeto a todas las víctimas del franquismo, y a la victimas extremeñas en particular, cancelara la citada muestra de exaltación al militar golpista Yagüe, en un recinto de titularidad municipal, pues la colaboración del Ayuntamiento de Burgos, en la organización de esa Exposición permitiendo su celebración en un lugar de titularidad municipal, hubiese implicado una clara ofensa para la memoria de las víctimas del franquismo y sus familiares, al margen de suponer una exaltación de la sublevación militar, inaceptable de asumir en pleno siglo XXI, por un Ayuntamiento democrático.

http://armhex.blogspot.com.es/2014/01/la-asociacion-para-la-recuperacion-de.html

domingo, 23 de marzo de 2014

Gamonal: del General Yagüe a la mafia del ladrillo. Alberto San Martín


Durante las décadas de los años 40 y 50, Burgos es una ciudad con escaso peso industrial, de carácter muy agrícola y con una fuerte herencia militar desde 1938, año en que Burgos es nombrada Capital de la Cruzada en plena Guerra Civil. Finalizada la contienda y trasladada la capitalidad a Madrid, en Burgos queda aun una grandísima población reclusa de carácter político.
Cientos de sus familias se desplazarán a Burgos desde muchos rincones del Estado español para estar cerca de sus familiares presos. Mujeres e hijas de los prisioneros trabajarán como criadas del hogar en casas de oficiales militares y en casas de los cuadros de mando políticos y económicos de la dictadura franquista. Son los años en que el general Yagüe ocupa la Capitanía General de Burgos (1943-1952). El tan extendido dicho de que Burgos era una ciudad de curas y militares es cierto sólo a medias, también lo era de familiares de presas y presos republicanos, de cientos de exiliados internos y de innumerables fosas comunes bajo nuestros pies.

¿Cómo diseñaron el espacio urbano en Burgos los vencedores? En el Plan de Urbanización de Burgos, redactado por Paz Maroto (1943), se refleja un diseño urbanístico donde la presencia militar juega un papel destacado en el trazado urbano. Se construirían nuevas instalaciones militares y siempre, cómo no, con la participación del Ayuntamiento de Burgos ya que muchos de esos edificios castrenses se levantaron sobre terreno municipal. Aquel plan de urbanización preveía una gran zona militar entre la ciudad y el término de Gamonal. El objetivo era ocupar, llenar el espacio existente entre los apenas tres kilómetros que separan el centro de la ciudad del pueblo de Gamonal. Cualquier persona nacida en los años cincuenta podrá recordar cómo la calle Vitoria se encontraba jalonada de edificios militares, algunos de ellos aun hoy en pie. Unos ya existían entonces, como los Cuarteles de Caballería o la Barriada Militar. Y otros de nueva planta como el Gobierno Militar, la Academia de Ingenieros, la Residencia de Oficiales, la Deportiva Militar, el acuartelamiento Dos de Mayo (frente a las piscinas descubiertas del Plantío) o los conocidos como Chalets de Aviación entre otros. Sí, Chalets para oficiales de aviación. Más allá de Gamonal aun se conservaba el aeródromo militar además del Parque de Intendencia.
Aquellos Chalets fueron quedando con el tiempo rodeados de edificios en el Barrio de Gamonal, absorbidos de la noche a la mañana por aquella vertiginosa transformación del pueblo de Gamonal en Barrio a partir del año 65. Sin duda aquellas dos expresiones arquitectónicas chocaban y eran resultado de dos concepciones bien distintas. Una, con fuerte huella militar, la del Plan redactado por Paz Maroto (1943), bajo la atenta mirada e influencia del Capitán General Yagüe. Y otra, que más tarde se implantaría en Gamonal a partir de la creación del Polo de Desarrollo Industrial en 1960, de marcado carácter especulativo forjado entorno al nuevo poder tecnocrático franquista.
La década de los 50, pues, supone un tránsito, un gozne, entre un modelo de planificación urbana aun dependiente de intereses militares y el nuevo capitalista especulativo nacido al calor del desarrollo industrial de los años 60, y que tendrá como paradigma el caos constructivo del Barrio de Gamonal.
Esta orgía del ladrillo tiene un punto de inflexión importante en 1992 cuando la Audiencia de Burgos sentenció que el constructor Mendez Pozo había recibido un ilegal trato de favor por parte del Ayuntamiento y condenó no sólo al constructor y al alcalde sino también a tres concejales. Hecho insólito en este Estado donde aun costaba someter la actuación de responsables públicos a controles jurídicos, máxime cuando éstos venían de las filas del Movimiento en los años 60 y 70.
El ejército español mantenía hasta hace pocos años algo más de dos millones y medio de metros cuadrados de instalaciones, muchas de ellas a lo largo, como ya hemos dicho, del corredor de la calle Vitoria. Progresivamente y de acuerdo a nuevos criterios de “modernización” el Ministerio de Defensa, desde 1995, decide ir vendiendo buena parte de esos terrenos al Ayuntamiento de Burgos con la condición de que fueran destinados a viviendas de protección oficial. El resultado final ya lo conocen: recalificación y venta de esos terrenos al mejor postor, ofreciendo suculentos beneficios a la mafia del ladrillo. Y debo recordar que esos terrenos en origen fueron cedidos o aportados por el Ayuntamiento de Burgos al ejercito en tiempos de la Capitanía del General Yagüe en un contexto de miseria generalizada de la población burgalesa que contrastaba obscenamente con el tren de vida de la oligarquía local en los duros años de posguerra. Con esto se evidencia el poder del General Yagüe en los años 40 que con su presión obtiene terrenos públicos para instalaciones militares y que décadas después pasan a manos de intereses y negocios privados.
Mientras, el problema de la vivienda sigue siendo un quiste para las exiguas economías familiares burgalesas que tienen que comprar su casa en uno de los mercados inmobiliarios más caros del Estado Español junto con Madrid, Barcelona o San Sebastián.
Aquellos chalets de los que hablaba, una vez abandonados por el ejército, fueron ocupados por jóvenes en 1996 siendo escenario de una de las tantas experiencias de autogestión y ocupación desarrolladas en Burgos por diversos colectivos y organizaciones antifascistas. Se visibilizaba ya una actitud en el Barrio de denuncia de la falta de espacios públicos y dotaciones y también de las dificultades de accesibilidad a la vivienda por los jóvenes de entonces. “La Okupa de los Chalets de Aviación” albergó en las Fiestas de San Pedro de 1996 las jornadas que llevaban por título “5 Años de Ocupación y Resistencia” (en el 91 se ocupaba la casa de la Llana de Afuera) organizadas por la Asamblea Ocupa de Burgos. Aquella noche los jardines de la Ocupa de Aviación rebosaban de gente viendo al grupo Def Con Dos. Ese mismo año se ocupaba otro espacio abandonado, las dependencias de la fábrica de leche CELEBUSA, también en el corazón de Gamonal, en el actual parque Félix Rodríguez de la Fuente. Aquel verano en la Ocupa de CELEBUSA se hacía cola para ver a Reincidentes y Andanada 7.
La creación del Polo de Desarrollo Industrial en los primeros años 60 abre la puerta de par en par a iniciativas especulativas y a la búsqueda de rentabilidad inmediata para muchos constructores y políticos. ¡Hagan negocio señores! Era la consigna. El reparto del suelo en Gamonal se hizo atendiendo a conveniencias particulares. Cualquier intento de planificación representaba un estorbo para los que se frotaban las manos esperando las altas plusvalías de las ventas de las casas nido de los altos bloques que se erigían de forma desordenada y abigarrada a lo largo y ancho del joven barrio de Gamonal. 
En resumidas cuentas, desde el responsable de la Matanza de Badajoz en el 36 Juan Yagüe, hasta los alcaldes de Burgos en tiempo de democracia (desde José María Peña hasta Javier Lacalle) el funcionamiento de la administración pública local está sujeto a una suerte de influencias personales, clientelas e intereses económicos que permiten el relevo de la corrupción a lo largo de los años. Ello queda muy bien expresado en el caso de la construcción en Burgos. Argumentos sobran para decir a los defensores del modelo de Transición que lo que hubo realmente a lo largo de los años 70 y 80 fue un continuum en lo que a corrupción se refiere. Pero también de represión hacia los movimientos que cuestionaran aquellas prácticas.
En Gamonal se lleva mucho tiempo sufriendo estos abusos, pero también tomando conciencia de que otro mundo es posible. El pueblo organizado paró el Bulevar pese a quien le pese. Hay una historia detrás. Aunque muchos tertulianos y periodistas al servicio de esos viles intereses sigan criminalizando a un pueblo que se empodera. El Burgos de los señoritos está tocando fondo.

Burgos 01/02/2014, Alberto San Martín.

Fotos:
Monumento a Yagüe en la Plaza San Juan Bautista(Burgos).
El Arzobispo de Burgos Perez Platero y Yagüe.
Señal de tráfico actual en Burgos.

viernes, 21 de marzo de 2014

El General Yagüe, el Cid del siglo XX. Por Luis Castro


El general Yagüe, marqués de San Leonardo de Yagüe, con varias cruces militares, una de ellas por su acción en Asturias en 1934, donde sus legionarios ensayaron con los mineros la vesánica represión que luego sería habitual en la guerra; Palma de Plata de Falange; hijo predilecto de Burgos, Soria, Oviedo,  Badajoz, etc.; Gran Cruz del Águila alemana potenzada con cuatro diminutas esvásticas; medalla al trabajo y de sufrimientos por la patria, etc. 

Yagüe, el que inicia el Movimiento el 17 de julio en Ceuta, donde no hay resistencia, pero sí los primeros asesinatos de civiles y militares leales al gobierno legítimo; el que avanza hasta Maqueda, a un paso de Madrid, al frente de la Columna de la Muerte, dejando simas de sangre popular a su paso; el impulsor de Franco a la dictadura vitalicia; el pionero de la Guerra Relámpago, luego desarrollada por Hitler en toda su extensión; el que por un día cambia el nombre de la plaza de Cataluña por la del Ejército Español; Yagüe, primer ministro del Aire, de la aviación “del imperio que llega”, como él decía, pero sin aviones. (Se los quiso pedir a su amigo Goering, pero este los estaba acopiando para atacar a Polonia y a Rusia, plagadas de morlocks granates y judíos aplastables); Yagüe, que sin duda hubiera luchado con el III Reich, al lado de su camarada Muñoz Grandes, si no hubiera sido por los achaques y sufrimientos por la patria de Franco.

Yagüe, consejero nacional, capitán general y virrey de Burgos en una década que no dudamos en calificar de ominosa (1943-1952); aniquilador del maquis en 1944; Yagüe, “el que tantas cosas hizo por Burgos”. Hizo un hospital, pues ya se sabe que la guerra causa muchos heridos y también sabemos que Dios nos da la enfermedad y su remedio. A veces, como es el caso, en la misma persona. Hizo también la barriada de su nombre, de casas “ultrabaratas”, cerca de la abarrotada cárcel y bien lejos del centro, no fuera a ser que los obreros quisieran codearse en el Espolón con las distinguidas señoritas de la Sección Femenina o los alféreces de reenganche.

E hizo, eso sí, la gran metrópolis militar, el West Point celtibérico, con su Academia de Ingenieros,  su Ciudad Deportiva militar –estrangulando el acceso de Gamonal a Fuentes Blancas–  el nuevo edificio del Gobierno Militar, la Residencia de Oficiales, la 2ª fase de la barriada militar, el cuartel de Tropas de Sanidad,  la ampliación del aeródromo y de los viejos cuarteles de Calzadas, etc, etc., todo ello en buena medida a costa de las arcas municipales, que luego no tenían dinero para pavimentar las calles, sanear barrios o atender el hambre y las enfermedades reinantes en las barriadas periféricas. Pero por Burgos y hacia el imperio.
Se dice que un Franco agonizante mandaba llamar a Yagüe para que fuera a detener la Marcha Verde en las provincias del Sahara español. Aznar, retorcido donde los haya, envió a Ceuta como gobernador militar a Juan Yagüe (hijo) tras la crisis del Perejil, con más barcos y tropas para advertencia del rey moro. Yagüe, el general falangista, conspirador de pacotilla, aún ganaba batallas post mortem, como el Cid. Por eso aún se quiere homenajear su memoria, como si estuviéramos bajo el cuarentañismo. O en la Edad Media.
Oh, Burgos, por qué no olvidar eso.
Fuentes:
Artículo redactado por Luis Castro, enero de 2014.
Foto de la retirada de la placa(Calle General Yagüe) en Madrid por Acción Antifascista, 2006.
Portada del libro "Capital de la Cruzada. Burgos durante la Guerra Civil" de Luis Castro. Ed.Crítica.

jueves, 20 de marzo de 2014

YAGÜE Y LA COLUMNA DE LA MUERTE(Parte 2) Francisco Espinosa Maestre

 
Discursos redentores

Pese a todo, muy pronto surgió una leyenda, que aún circula y que, lejos del militar africanista y fascista que rezuma el historial del carnicero de Badajoz, nos lo presenta como un falangista crítico, rebelde e incómodo para la jerarquía militar golpista y como hombre bueno y generoso en el fondo que hasta se permite tener gestos para con los rojos, por quienes se preocupa; un hombre que, con el tiempo, incluso siente “lo de Badajoz”.3 A ello ha contribuido no poco la entrada correspondiente al personaje en el conocido Diccionario de la Guerra Civil Española de Manuel Rubio Cabeza, donde se dedica más espacio –nada menos que una cuarta parte del artículo– a las declaraciones de abril de 1938 en Burgos que a los tres hitos de la carrera militar del personaje: Asturias (1934), Badajoz (1936) y Barcelona (1939). En 2009, recién demolido el monumento que lo recordaba en San Leonardo, es su hija María Eugenia la que vuelve al discurso de abril de 1938 para resaltar lo fundamental: 1) los rojos son “españoles y por tanto valientes”; 2) “Vengo a pedir perdón por los que sufren, a tratar de sembrar el amor y desterrar el odio, a restañar heridas” y 3) “Justicia social amplia, jueces rígidos e incorruptibles, exaltación patriótica constante, perdón caridad cristiana y nobleza castellana serán las bases de la nueva España”.4 Sin embargo, solo seis meses antes, con motivo de la onomástica de Franco, había manifestado públicamente en su pueblo ante un auditorio afín:

...y al que resista, ya sabéis lo que tenéis que hacer: a la cárcel o al paredón, lo mismo da (risas y aplausos). Nosotros nos hemos propuesto redimiros y os redimiremos, queráis o no queráis. Necesitaros, no os necesitamos para nada; elecciones, no volverá a haber jamás, ¿para qué queremos vuestros votos? Primero vamos a redimir a los del otro lado; vamos a imponerles nuestra civilización, ya que no quieren por las buenas, por las malas, venciéndoles de la misma manera que vencimos a los moros, cuando se resistían a aceptar nuestras carreteras, nuestros médicos y nuestras vacunas, nuestra civilización , en una palabra.5

Este discurso nos devuelve al Yagüe de la matanza de Badajoz, un Yagüe paternalista, redentor y exterminador. De paso, este discurso lo hermana con su conmilitón Queipo cuando decía, con su desparpajo habitual y quién sabe si un tanto ebrio, que puesto que su cargo no dependía del voto de nadie no tenía por qué andar halagando a unos y otros; y también –inevitablemente les salía la comparación– con el Sanjurjo que con motivo de los sucesos de Castilblanco (Badajoz) veía a los vecinos como rifeños.
La leyenda de Yagüe forma parte de la leyenda de Badajoz y en ella, como nos contó Alberto Reig Tapia, interviene incluso su propio hijo, Juan Yagüe Martínez del Campo, quien en 1979 ­–tras ver cómo José Antonio Gabriel y Galán responsabilizaba a su padre de 2.000 fusilamientos en Badajoz– mantuvo públicamente que lo ocurrido en esa ciudad después de su ocupación debería recaer sobre las nuevas autoridades y no sobre su padre, de quien por supuesto refirió el inevitable discurso de abril de 1938 en pro de los vencidos, que vendría a representar lo que la salvación del ex-ministro cedista Manuel Jiménez Fernández por parte de Queipo para sus familiares y adictos, es decir, la buena acción redentora. Sin embargo, esa responsabilidad que para el hijo de Yagüe finalizó “prácticamente a las veinticuatro horas de haber sido conquistada la ciudad”, no sólo existió hasta el momento de su partida a Mérida el día 18, tras las matanzas del 14 y 17 –recordemos que sólo después de la salida de Yagüe se permite a la gente moverse por la ciudad a partir de las 9 de la tarde y hasta las doce de la noche– sino que no cabe disociarla del personaje que crea la situación.6 Además, es la propia hoja de servicios del militar golpista la que nos informa de que en los días siguientes al 14 “se procede a continuar la limpieza, organización y defensa de la Plaza de Badajoz”.7

 
Otra anécdota ilustrará cómo era el Yagüe anterior a la supuesta conversión. Uno de los días que estuvo en Badajoz, mientras desayunaba en la casa del doctor Pinna, apareció el obispo Alcaraz. Yagüe –quizás suponiendo el motivo de la visita– ni se inmutó. “¿Qué quiere usted, Sr. Obispo?”, preguntó el militar. “Vengo a interceder por los hermanos Pla, que los van a fusilar”, dijo el obispo. A lo que Yagüe respondió: “Para que otros como usted vivan hay que fusilar a gente como ésta”. Estamos ante un anecdotario que siempre favorece a los mismos, fabricado a su medida, y no faltará quien colija el carácter justiciero y ecuánime del general falangista frente a la petición del obispo, otro que acomete su buena acción en medio de aquel baño de sangre. De todo ello parece deducirse que tanto el militar como el cura hubieran deseado en su fuero interno salvar la vida de los Pla, pero que, conscientes de lo que estaba en juego, de sus sagrados deberes, supieron sacrificar sus intereses personales en pro del bien común. Como decía el fanático cura carlista Santa Cruz: “Yo perdono, pero la Causa no”. Desde esta perspectiva el hecho de que Yagüe se adueñara para su uso personal del coche particular de Pla puede ser interpretado no como un vulgar robo fruto del botín de guerra –unos robaban máquinas de coser y otros, coches– sino como un sacrificio más de los que hubo de hacer a lo largo de la ruta antes de que su entrega a la Patria minase supuestamente su salud.8

3Sin duda, el más llamativo de los defensores de Yagüe fue Julián Zugazagoitia, quien escribió: “A la rendición de los republicanos siguió una represalia colectiva de la que se hizo personalmente responsable, no sé bien con qué fundamento, al general Yagüe. Dudo mucho, conociendo la posición política de Yagüe, que le alcance responsabilidad en semejante carnicería humana. Ella pudo haber sido obra de la exclusiva iniciativa de algunos jefes de la Guardia Civil que, derrotados por los republicanos y perdonadas sus vidas, se dedicaron a madurar un odio monstruoso que había de fructificar en las matanzas del coso taurino” (Julián Zugazagoitia, Guerra y visitudes de los españoles, Crítica, 1977, p. 124). Es posible que la clave de este texto se encuentre en la página 447 de la misma obra, en la que Zugazagoitia reproduce un supuesto informe sobre un plan de la oposición falangista contra Franco en el que el general Yagüe jugaba un papel relevante: nada menos que el representante por parte de los vencedores, junto con Indalecio Prieto u Ortega y Gasset, en el consejo asesor del infante Don Juan. Desde este punto de vista, políticamente, no era conveniente en ese momento (1939) destruir a un personaje que podía ser útil. 
4 M.E. Yagüe, “La Ley de Memoria Histórica y el general Yagüe”, en Diario de Soria, 02/06/2009.
5 La cita, sacada del Diario de Burgos de 08/10/37, procede de un trabajo inédito de Luis Castro, quien tuvo la amabilidad de pasarme el discurso completo. Seguía así: “Y cuando estén vencidos no saciaremos contra ellos nuestra sed de odios y venganzas; al contrario, les daremos una enorme cantidad de cariño, cariño con promesas de pan a los obreros, que si alguna vez se convirtieron en bestias, fue acuciados por la espuela hiriente del hambre y del abandono. Amor, mucho amor para todos y ya veréis como así serán ellos los que vienen a nosotro s y los que vestirán la camisa azul, no porque nosotros se la impongamos sino porque ellos la pedirán. (...)”.
6 Alberto Reig Tapia, Memoria de la guerra civil. Los mitos de la tribu. Alianza, 1999, pp. 116-117. El artículo citado del hijo de Yagüe apareció en Hoja del Lunes de Madrid del 2 de julio de 1979. Esta misma teoría fue utilizada posteriormente por el sacerdote neofranquista A.D. Martín Rubio, quien mantiene que “atribuir a Yagüe una matanza masiva y brutal sería tan injusto como olvidar la responsabilidad directa de los que, tras su marcha, quedaron encargados del orden público en Badajoz” (Paz, piedad, perdón... y verdad, Ed. Fénix, Madridejos, Toledo, 1997, p. 244). Sin embargo, Martín Rubio, como el objetivo no es otro que sacar a Yagüe de la escena del crimen, se cuida mucho de decirnos quiénes fueron esos otros con cuya responsabilidad carga Yagüe.
7 Archivo General Militar de Segovia, CG2, LL-30.
8 Según Luis Pla Ortiz de Urbina estas declaraciones las realizó Yagüe años después ante militares durante un concurso hípico celebrado en Cáceres. Fue el coronel Juan José Botana Rose quien se lo contó a Pla. Otra fuente que confirma dicho diálogo es el diario de la familia Pinna, proporcionado por Matías Pinna a Luis Pla en septiembre del 2000. Yagüe se alojó en Badajoz en la casa de doña Magdalena Gómez, viuda de Lopo –en la calle Menéndez Valdés–, que era suegra del doctor Fernando Pinna (Carta personal, 26/03/01).

Otras hazañas! Con más muertos!

Desde Badajoz a Santa Olalla las matanzas siguieron y entre ellas destaca la efectuada en Talavera de la Reina, de la que contamos con la foto que fue portada de La columna de la muerte.1 Se trata de la calle Carnicerías. La propaganda franquista la presentó siempre como la imagen de víctimas causadas por los rojos. De hecho todavía hay quien lo mantiene, caso del ex director del ABC de Sevilla Nicolás Salas. Excepcionalmente encontramos un testigo, un niño de 11 años que presenció la masacre desde un portal. Las víctimas eran campesinos, el día fue el de la ocupación de Talavera y el responsable, Yagüe. El testimonio de Miguel Navazo, nombre de aquel niño, fue reproducido en el libro. Esa sería la foto que mejor muestra el programa de aquellas bandas fuera de la ley. Por este crimen Yagüe también hubiera pasado por el banquillo y hubiera tenido que escuchar cara a cara las declaraciones de los testigos de aquella barbarie y las palabras de los familiares. Pero la justicia no llegó nunca.
Una larga y complicada investigación permitió saber que el autor de la referida foto no fue el fotógrafo sevillano Juan José Serrano, que acompañaba a las columnas, sino Roland E. Strunk.2 Aparentemente se trataba del corresponsal del Illustrierter Beobachter y del Völkischer Beobachter, diario oficial del Partido Nacionalsocialista del que además era jefe de los Servicios Extranjeros. Strunk era el más conocido de los corresponsales nazis y ya había cubierto antes otras guerras de agresión como la de Japón en Manchuria o la del fascismo italiano en Abisinia cuando se incorporó a la del fascismo español en su marcha hacia Madrid, marcha de la que escribió en alguno de sus reportajes que se estaba haciendo pasando sobre “montañas de cadáveres”.
Las fotografías que ilustraban sus artículos eran impresionantes y mostraban que para un militar austríaco y nazi como él, perdedor de la I Guerra Mundial y asimilado en la Alemania de Hitler al rango de oficial de las SS (Hauptsturmführer), no había limitación alguna. Pero había más. En realidad, según nos contó Paul Preston en su obra sobre Franco, el capitán Strunk era consejero militar alemán en España, donde se movía como pez en el agua. De hecho Preston, basándose en John T. Whitaker, lo sitúa en contacto directo con la cúpula golpista: Varela, Yagüe y Franco.3
1 F. Espinosa, La columna de la muerte. El avance del ejército franquista de Sevilla a Badajoz, Crítica, Barcelona, 2003.
2 F. Espinosa, “Breve historia de una fotografía”, en Cuadernos Republicanos, CIERE, Madrid, 2013, nº 81, pp. 77-105.
3 Preston, P., Franco “Caudillo de España”, Grijalbo, Barcelona, 2002, P. 237.
Las columnas que mandó Yagüe, al mando de Asensio, Castejón y Tella, tenían por costumbre acabar con la vida de todo oponente, realizar alguna masacre de carácter ejemplarizante en cada lugar que entraban, dejar un rastro de sangre por toda la ruta y eliminar a los prisioneros. De ahí la absoluta desproporción entre las bajas de los golpistas y las bajas gubernamentales. La razón es simple: las columnas dirigidas por los africanistas no sólo iban realizando brutales razzias en cada lugar que ocupaban sino que en su avance no dejaban ni heridos ni prisioneros. Lo que los golpistas llamaban bajas del enemigo incluían caídos en la lucha y cientos de prisioneros aniquilados. Algún militar, caso de Varela en su diario de operaciones, lo dejó anotado. Pero fue sobre todo un capellán jesuita, Fernando Huidobro, el que nos dejó el testimonio clave.
A Huidobro le cogió la sublevación en Friburgo, preparando su doctorado en Filosofía bajo la dirección de Heidegger. Rápidamente marchó a España y a finales de agosto se incorporó como capellán a la 4ª Bandera de la Legión. Hablamos pues de la época en que Yagüe estaba al frente de la columna. La particularidad de este capellán es que en cierto momento, harto ya de lo que veía cada día –sabía de lo ocurrido en Badajoz y fue testigo de la matanza de heridos efectuada en el hospital de Toledo–, denunció las matanzas indiscriminadas de heridos y prisioneros. Alarmado, llegó a escribir que lo que estaba costando entrar en Madrid “es castigo por los crímenes incesantes que se están cometiendo de nuestra parte” y que “los fusilamientos sin tasa, en un número desconocido hasta ahora en la historia, han traído el natural castigo”. Huidobro reconocía haber sido testigo de muchos crímenes. En octubre de 1936 elaboró unas “normas de conciencia” sobre la aplicación de la pena de muerte y las envió junto con las denuncias al círculo de Franco, al Cuerpo Jurídico Militar, a Yagüe y a Varela. Todos ellos dijeron compartir sus criterios cristianos. Huidobro no captaba que esa gente no veía contradicción alguna entre vivir de acuerdo a esos supuestos criterios cristianos y estar realizando al mismo tiempo la mayor carnicería de nuestra historia contemporánea. Para ellos lo que estaban realizando, con criterios que consideraban justos y cristianos, era simplemente la desinfección del solar patrio. Huidobro, que encontró la muerte meses después en las operaciones en torno a Madrid, fue propuesto para beatificación y canonización pero el proceso fue paralizado por el vaticano cuando se supo que el disparo que acabó con su vida no vino de enfrente sino de atrás, de un miembro de su propia compañía.1
1 Tanto la cita de la copia manuscrita de las Normas como las referencias a sus avatares proceden de la información que amablemente me pasó Hilari Raguer, caso del artículo de Rafael Mª Sanz de Diego, S.J., “Actitud del P. Huidobro, S.J., ante la ejecución de prisioneros en la guerra civil. Nuevos datos”, en rev. Estudios Eclesiásticos, nº 235, oct.-nov. de 1985, pp. 443-484.

miércoles, 19 de marzo de 2014

YAGÜE Y LA COLUMNA DE LA MUERTE(Parte 1) Francisco Espinosa Maestre

 
Veamos en primer lugar algunos antecedentes del personaje. Los diez años clave de su formación militar, entre 1914 y 1924, es decir, de los 23 a los 33 años –había ingresado con 16 en la Academia de Infantería en 1907–, Yagüe los pasa con los Regulares Indígenas de Melilla y Tetuán. Y esto en un período en el que el país vive hechos de suma importancia como la crisis de 1917 y los desastres coloniales que conducen al golpe de Primo de Rivera. La juventud de Yagüe coincide con dos hitos del militarismo hispano como la Ley de Jurisdicciones de 1906 y las Juntas de Defensa de 1917. Todo ello configura bien lo que conocemos por los africanistas, una élite militar surgida al calor de las colonias africanas en pleno derrumbe del montaje de la Restauración. Recordemos que este montaje fue la respuesta de las clases de orden ante el intento de evolucionar en el sentido en que lo hacía ya entonces Europa. Y será con estos militares, que han visto como el Imperio se esfumaba y han vivido hechos como la derrota de Annual en 1921 a manos de los rifeños de Abd-el-Krim, con los que la II República deba contar para sus planes reformistas. 
El hecho que marca la vida de Yagüe es sin duda la ocupación de Badajoz y Talavera de la Reina al frente de las columnas enviadas contra Madrid desde Sevilla. Pero éste no se entendería sin otro previo: su intervención a las órdenes de Franco durante la revolución de Asturias de octubre del 34. El ministro Diego Hidalgo abrió las puertas del Estado Mayor Central a Franco, que ya no saldría de allí hasta las elecciones de febrero del 36 y que no encontró mejor solución para la crisis asturiana que echarles encima el Ejército de África con su amigo Yagüe al frente. Estamos ante el ensayo de lo que ocurrirá en julio de 1936: en 1934 primero vino la revolución y luego la represión militar; en el 36 será al revés. La derecha ve por fin la luz: Franco, los africanistas y su ejército se convierten en su esperanza. Además, el Ejército, que no sabe sino acumular derrotas desde tiempo inmemorial, encuentra por fin un enemigo al que puede vencer: el enemigo interno, que acabará siendo su único enemigo durante décadas.
Grande hazaña! Con muertos!

Y llegamos a Badajoz. Conviene aclarar la cronología: Yagüe sólo estará al mando de la Columna de la Muerte desde la caída de Mérida, en la que no intervino, hasta la de Maqueda. Es decir, del 12 de agosto al 20 de septiembre. La ocupación de Toledo se hace ya con Varela. Las razones por las que deja el mando en esa época –resulta difícil creer que fue por cansancio– constituyen un misterio. Luego seguirá de Jefe del Tercio y en diciembre volverá a tomar el mando de las columnas que rodean Madrid. Al final de la guerra lo veremos en la Plaza de Cataluña recién tomada Barcelona y luego vendrán las recompensas: Ministro del Aire (1940-1942), jefe del Xº Cuerpo de Ejército (1943) y Capitán General de la VI Región Militar (1943-1952) hasta su muerte. Pero son esos trescientos y pico de kilómetros los que cimentarán su leyenda. La matanza de Badajoz constituye uno de los grandes símbolos del ciclo de violencia abierto a consecuencia del golpe militar del 18 de julio. Fue clave por lo que tuvo de carácter ejemplarizante para las zonas aún no ocupadas y también porque, dada la cercanía de Portugal, fue la primera matanza de la que llegaron fotos y crónicas al extranjero.



 
De la ocupación de la ciudad sólo hay que decir que fue mistificada para engrandecer la hazaña de Yagüe y que en realidad sólo cabe catalogarla de sanguinaria chapuza. Una vez tomada la ciudad, Yagüe permanece en ella cuatro días, en los que tiene lugar el exterminio de cientos de milicianos, guardias de Asalto, militares, etc. En uno de los informes que Yagüe envía a Franco, entonces en Sevilla, le cuenta la operación y remite a un documento adjunto con detalle de bajas propias, cadáveres recogidos, armas capturadas al enemigo, etc. Pero este documento adjunto ha desaparecido. La Hoja de Servicios del militar golpista también es problemática: resulta evidente que no se trata de la original sino otra reescrita posteriormente. Una prueba de esto sería que da el número de 285 como el de bajas propias de la ocupación de Badajoz. Ese número es el que da también su biógrafo Calleja, cuando lo cierto es que fueron 185 (44 muertos y 141 heridos).1 Es imposible que Yagüe ignorara el número de bajas propias de la operación, por lo que hay que pensar que la cifra fue inflada adrede. La razón es simple. Carece de sentido alguno que en el ataque a una fortaleza los atacantes tengan muchas menos bajas que los atacados. Un testigo de los hechos, el propietario salmantino Lisardo Sánchez, que entró en Badajoz el 15 de agosto, dejó escrito: “Es algo horrible ver los muertos a montones por las calles. Tres días han tardado tres camiones en limpiar la capital de cadáveres, a pesar de colocarlos en posición vertical para poder transportar más al cementerio, donde eran quemados en imponentes montones”.

 
De lo que ocurrió en esos momentos da cuenta este testimonio sobre lo ocurrido en la plaza de toros:

A eso de las tres y media de la mañana [del día 15 de agosto] llegamos a la Plaza de Toros y los civiles se bajaron. Allí había muchos legionarios y Civiles, todos hablaban muy alto y se les veía muy nerviosos. (...). Nos dijeron que pusiéramos el camión dentro y entonces me fijé que en los chiqueros había mucha gente vigilados por legionarios y muchos gritaban y lloraban. Dentro del ruedo a mano izquierda según se entraba había varios muertos en fila y nos dijeron que los cargáramos en el camión y nos los lleváramos al cementerio. Un legionario sacó a dos presos y les mandó ayudarnos a cargar a los muertos. Esta vez no los conté porque me impresioné mucho, ya que aún estaban calientes. Recuerdo que uno de ellos se quejó al dejarle caer en la plataforma y un legionario sacó la pistola y le dio un tiro en la cabeza. Yo estaba muerto de miedo y no me atrevía ni a hablar. (...). Cuando terminamos [en el cementerio] nos dijeron que volviéramos a la Plaza de Toros y así lo hicimos. Al llegar de nuevo a la Plaza, aún de noche oscura, vi que había más guardias civiles y paisanos que antes. Algunos de los paisanos iban vestidos de falangistas. Desde los chiqueros salían muchas voces y la gente lloraba en su interior, junto a la puerta del túnel había dos legionarios de guardia que no decían nada. Pero los paisanos se reían mucho. (...). Dentro de la plaza había esta vez más muertos, pero no todos juntos, sino un montón aquí y otro más allá. Después supe que los sacaban por tandas y los iban fusilando. Aquel día dimos lo menos seis viajes y después ya no mataron a nadie más, pero nos mandaron recoger por las calles a los que allí había, que en algunos sitios estaban amontonados como si en vez de personas fueran animales. También hubo otros recogiendo muertos y los militares recogían los suyos, (...), a los paisanos los fuimos dejando a las puertas, en el descampado donde habíamos dejado a los primeros. Hacia las tres de la tarde había muchísimos allí. Ese día terminamos hacia las cuatro de la tarde y nos dijeron que al día siguiente 16 estuviéramos en la Plaza de Toros a las cuatro de la mañana y un paisano que más tarde se hizo falangista pero que antes no lo había sido y que vivía en la calle Menacho nos dijo que había `...que seguir haciendo el arrastre...´. 2
Una cifra probable de personas asesinadas en Badajoz entre el 14 y el 17 de agosto, con Yagüe como jefe supremo, estaría entre 1.200 y 1.500. De ellas sólo llegarán a inscribirse una de cada cinco (en Sevilla 1/6). Sólo con esto Yagüe hubiera engrosado la lista de criminales de guerra del siglo XX y hubiera acabado en el banquillo de haber existido la ocasión. Pero no fue sólo eso. Yagüe, como coordinador del golpe en el norte de África, fue responsable de todos los asesinatos allí habidos desde el 17 de julio. 

1 Calleja, Juan José, Yagüe, un corazón al rojo, Ed. Juventud, Barcelona, 1963.
2 Se trata de un testimonio anónimo de indudable interés recogido por Francisco Pilo Ortiz, reproducido en su obra Ellos lo vivieron (Ed. del Autor, Badajoz, 2001, p. 151 y ss.). Lo curioso del caso es que este
mismo autor se ha convertido posteriormente en uno de los voceros más estridentes y agresivos de la versión que minimiza la matanza, llegando a bautizar a la Columna de la Muerte como la Columna de la Vida.

martes, 18 de marzo de 2014

12000 firmas contra la exposición de Yagüe

 La petición de firmas que pide al alcalde de Burgos, Javier Lacalle, que, por respeto a todas las víctimas del franquismo, cancele este acto de exaltación al general Yagüe en un recinto municipal, a conseguido cerca de 12000 firmas, organizada por la Federación Estatal de Foros por la Memoria.
Finalmente el ayuntamiento y el departamento de cultura del mismo, por un informe de los servicios jurídicos de su propio Ayuntamiento ha determinado que “la contribución” del consistorio “mediante la cesión de un local o espacio público” resulta “contraria” a la Ley de la Memoria Histórica, “por la que se reconocen y amplían los derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la dictadura”.

https://www.change.org/petitions/javier-lacalle-cancele-el-homenaje-al-general-franquista-juan-yag%C3%BCe-en-un-recinto-municipal
Esta fue la carta firmada por 12000 personas;

Para:
Javier Lacalle, Alcalde de Burgos
Ayuntamiento de Burgos
Como ciudadano/a demócrata, lamento profundamente que el ayuntamiento de Burgos haya cedido un recinto municipal para acoger una exposición sobre el general franquista Juan Yagüe, uno de los mayores asesinos de la España reciente.

Como probablemente sabrá, Yagüe participó en la sublevación militar de 1936, que terminó con el gobierno democrático de la Segunda República y condenó al Pueblo español a 40 años de dictadura. Está considerado el responsable de la masacre de Badajoz, en la que fueron asesinadas unas 4.000 personas, y que le hizo merecedor del apodo 'El carnicerito de Badajoz'.

Confío en que usted, como alcalde en democracia, no quiera contribuir a la celebración de una exposición que busca ensalzar la figura de un criminal de la talla del general Yagüe, y contribuya aún más a la impunidad de todos sus crímenes.

Por respeto a las víctimas del franquismo, le pido que cancele cuanto antes la reserva con la Fundación Mª Eugenia Yagüe en la sala de exposiciones del Monasterio de San Juan, y en lugar contribuya a honrar la memoria de los hombres y mujeres que sufrieron persecución y muerte por defender la libertad y la justicia social.
Atentamente,